Para establecer los tipos de novela criminal realmente existentes es preciso definir primero el concepto. La primera tentación es decir que se trata de una novela con crímenes. Sin embargo, hay muchas novelas en las que hay un crimen (o varios) y sería difícil encasillarlas de esa forma.
Pensemos en Crimen y castigo (1866), por ejemplo, de Dostoievski. Desde el inicio de la novela, un personaje comete crímenes. Y otro personaje es un detective que busca pruebas para incriminar al homicida. No obstante, a nadie se le ocurriría apostar a que esta novela está dentro del género criminal. Por muy diversas razones. Entre otras porque ni siquiera el género llamado así se había asentado como tal.
Llegado el momento, la producción masiva de libros hizo que los editores apostaran por un público estratificado en nichos. A partir de ahí surgen multitud de subgéneros novelísticos. Unos nuevos y otros con antecedentes evidentes. Basta pensar en la novela de aventuras. El Quijote podría considerarse dentro de este subgénero.
Pero antes del siglo XIX y la masificación, predominaba la concepción del autor por encima de la temática. El Quijote es una novela de aventuras, pero trasciende ese rótulo. Tanto el autor como el estilo van mucho más allá de una novela de género. Lo mismo podríamos decir de muchas otras novelas, como la antedicha Crimen y castigo.
Si tuviéramos que definir, pues, la novela criminal diríamos que versa sobre algún crimen (o crímenes) sobre el que gira la acción. Se podrían proponer diferentes definiciones, pero creo que la anterior es la más simple e intuitiva.
Antecedentes
En el género criminal, tal vez uno de los más claros precedentes sea Edgar Allan Poe. Ya en fecha tan temprana como 1841 publica Los crímenes de la calle Morgue. Auguste Dupin se convertiría en el primer detective con marchamo literario.
No obstante, casi dos siglos después de esta obra inicial, aún no se ha cerrado la taxonomía basada en los subgéneros de la novela criminal. Además, con el agravante de que cada subgénero nos lleva a clasificaciones ulteriores.
Tipos de novela criminal: dos escuelas, dos estilos
Analicemos ahora, de forma breve, los tipos de novela criminal fundamentales. De acuerdo al análisis histórico, nos encontramos dos escuelas. También puede consultarse otro artículo en esta dirección.
A.- Escuela inglesa
Aunque el norteamericano Allan Poe da inicio al género, donde cuaja es en el Reino Unido. Destaca a fines del siglo XIX Arthur Conan Doyle. ¿Quién no conoce a Sherlock Holmes? Prácticamente se ha convertido en icono universal. Se trata del héroe detectivesco que desbarata los planes de los criminales. Lo hace con la elegancia británica. Además, su arsenal de herramientas es fabuloso. Parte de la racionalidad. Todo es posible deducirlo. Se apoya en la investigación criminal moderna: huellas, pistas, fotografía, declaraciones contradictorias, conocimientos de las diversas armas que se utilizan en un crimen: cuerdas, puñales, venenos, etc.
El detective se convierte en una especie de máquina lógica. La resolución de la historia deviene en un rompecabezas. El héroe, detective o aficionado, es amorfo, no se involucra. Es una máquina perfecta de pensar. Seguramente el racionalismo decimonónico, unido a la imparable marcha de la ciencia, contribuyeron a la creación de este tipo de personaje.
Merece mencionarse a Wilkie Collins, con La piedra lunar (1868), como un claro antecedente de la escuela inglesa. Y cómo no, el género se consolida con autores tan diversos como Agatha Christie, Arthur Morrison o P. D. James.
B.- Escuela norteamericana
La escuela norteamericana da un giro de 180º respecto a la concepción británica. El héroe sale de los ambientes sofisticados y se encuentra en el callejón (según expresión afortunada de Raymond Chandler, creo). Los novelistas del género criminal prefieren los ambientes de los bajos fondos. No olvidemos que la Norteamérica de los años veinte vive bajo la férula de las organizaciones criminales. No importa si son mafias de origen italiano, polaco o irlandés.
El detective se hace más real. Se ve implicado en la acción. Ya no solo investiga, muchas veces es tentado por fuerzas poderosas. Ya sea una femme fatale, un político corrupto o directamente por un mafioso. Y no siempre es un héroe intachable.
Autores: Dashiell Hammet, Raymond Chandler, Patricia Highsmith, Jim Thompson, James M. Cain, Chester Himes…
Diferencias esenciales entre las dos escuelas clásicas
¿Qué diferencias hay entre la escuela inglesa y la norteamericana, además de las ya indicadas?
Lo mejor es acudir a la pugna histórica que se dio entre ambas escuelas. Los defensores de la escuela inglesa atacaban a los autores norteamericanos diciendo que ese tipo de novela (después llamada negra) era inmoral, cínica, violenta, etc. Por contra, los defensores de la nueva novela criminal aducían que la novela policíaca inglesa inducía trampas para el lector, no reflejaba la realidad y, además, era aburrida. ¿Quiénes tenían razón?
Lo cierto es que ambas escuelas crearon seguidores y detractores, pero siguieron aportando soluciones. La novela negra se terminó llamando así porque publicaban en una revista llamada Black Mask (Máscara negra) en los años 20. Además, en los años 40, la editorial francesa Gallimard recopiló muchos de los títulos en la colección Série Noir (Serie negra).
La novela negra comenzó diferenciándose porque dibujaba el trasfondo social e incluso se interesaba por los personajes criminales, algo que la escuela inglesa no había abordado. En cualquier caso, la novela policíaca y la novela negra han convergido en ciertos puntos y, actualmente, las diferencias se enfocan en los autores y su estilo, un poco a la manera clásica, aunque sin olvidar los subgéneros surgidos a partir de los años 50.
Cada autor, hoy día, pone el acento en lo que cree primordial. Unos lo harán en el aspecto literario, otros en la trama. Aún otros, en la descripción y profundización de los personajes. Los habrá que incidan en la ambientación. Unos serán más amigos de los diálogos y otros de una escritura más densa. Unos preferirán más los finales acordes con una justicia universal, otros brindarán finales que no tengan nada que ver con el supuesto anterior.
Tipos de novela criminal y subgéneros
Ha llegado el momento de hacer una clasificación provisional de los tipos de novela criminal, de acuerdo con los subgéneros que se han ido perfilando en los últimos años, además de los ya clásicos.
Novela de misterio
El protagonista es un detective o un aficionado que debe resolver un misterio criminal. Los ejemplos más evidentes son las novelas o cuentos de Edgar Allan Poe y Arthur Conan Doyle.
Novela enigma
Es una variación del ejemplo anterior. En este caso se trata de buscar al culpable del crimen realizado, a través de descartes y sutiles indagaciones. Se basa en lo que se ha dado en llamar whodunit (¿quién lo ha hecho?). El ejemplo típico es la autora inglesa Agatha Christie, con legión de imitadores con más o menos fortuna. Otra autora, P. D. James, también obtuvo un enorme éxito.
Novela negra clásica
También llamada hard-boiled (duro y en ebullición, expresión de Raymond Chandler). Aquí, el detective suele ser un tipo duro, cínico en ocasiones, de vuelta de todo, violento a veces, con un código moral personal, etc. Los autores clásicos son Dashiell Hammet y Raymond Chandler, después también ampliamente imitados. Otros autores a destacar: Jim Thompson, James M. Cain, Chester Himes, etc.
Novela policíaca en general
En este caso, el protagonista es un policía o un cuerpo policial que trata de resolver un caso. La trama típica es la de un asesino en serie, un psicópata, un criminal peligroso, una banda, etc. El tratamiento es diverso y los autores son innumerables: desde las novelas negras de James Ellroy a partir de los 70 hasta las recientes de Pierre Lemâitre. Y por supuesto, los autores de la novela policíaca más tradicional.
Sin embargo, no hay que confundir la novela policíaca con la novela negra. Mucha gente suele denominar novela negra a lo que solo es novela policíaca. Puede ser más in, más cool, pero es incorrecto. La novela negra corresponde a un movimiento literario que ha seguido una senda tortuosa desde los años 20, pero con elementos diferenciales importantes. Quien desee saber más, haga clic aquí.
Tipos de novela criminal: el caso de la moderna novela negra
La novela negra ha tenido importantes derivados más recientes. Igual que James Ellroy se basó en el cuerpo policial de Los Ángeles para hacer una novela negra emparentada con la clásica novela policíaca, otros autores han optado por soluciones diversas.
Un caso especial lo constituye la llamada novela negra nórdica. En este caso, se trata de una adscripción geográfica extensa pero acotada. Un ambiente frío, relaciones entre la gente frías, crímenes muy violentos y lo específico de la cultura nórdica forman el núcleo de algunos de sus elementos esenciales.
Algunos de sus representantes: Jo Nesbo, Stieg Larsson, Henning Mankell, Arnaldur Indridason…
Otro caso especial es el de la novela negra japonesa. Los personajes suelen ser fríos y calculadores, inmersos en ambientes turbios y hostiles. La tecnología suele estar muy presente. La ambientación es a menudo sórdida. El pesimismo y la desesperanza suelen hacer mella en los personajes. Se pueden citar desde autores clásicos como Haruki Murakami o Seicho Matsumoto hasta Natsuo Kirino o Masako Togawa como autoras recientes.
En otro registro, la novela negra más actual ha llegado incluso a prescindir de los elementos más violentos para centrarse en una descripción social realista y en un análisis a veces entre social y psicológico del ser humano. Un autor típico de esta forma de enfocar la novela entre negra y social sería el español Alexis Ravelo.
Otros tipos de novela criminal
Aquí no se han agotado los subgéneros de novela criminal. Un curioso caso clásico es el de la novela de espías, siendo la saga más famosa la del agente 007, James Bond. Su acción se dirigía contra todo tipo de organizaciones criminales, obteniendo un gran éxito cinematográfico, por encima de todo. Ian Fleming, Graham Greene o Robert Ludlum son algunos de los autores más emblemáticos.
Otro subgénero atípico es el de la novela criminal llamada True Crime, cuyo antecedente clásico y paradigmático es A sangre fría, de Truman Capote. Desde entonces, ha proliferado el subgénero, tanto en novela como en versiones cinematográficas. Se basa, es obvio, en crímenes reales.
Por último, destacar que si el medio es el rural, el subgénero es el Rural Noir… y en el caso de un ámbito familiar, se trata del Domestic Noir.
Un autor que se sitúa a medio camino entre la novela policíaca y la negra sería Georges Simenon y su investigador Maigret. Introduce aspectos que le acercan a la novela negra y otros (por ejemplo, la gastronomía) que han influido en autores tan diversos como Manuel Vázquez Montalbán, Andrea Camilleri, Petros Márkaris o Leonardo Padura.
Tipos de novela criminal: el suspense y el thriller
Por último, para finalizar este largo artículo, nos quedan dos subgéneros que son un poco más difíciles de analizar: la novela de suspense y el llamado thriller.
El suspense, más que un subgénero es una manera de contar. Necesita, sobre todo, implicar al lector o al espectador. Es más directo en la narración cinematográfica, puesto que la emocionalidad se dispara cuando el tempo es menor. En una novela se puede crear suspense (o suspenso, como se conoce en Latinoamérica), pero en una escala temporal demorada.
En cuanto al thriller (del inglés thrill, estremecerse) también apela a la emocionalidad. Implica suspense, misterio, ritmo rápido de la acción, giros inesperados, etc. Sin embargo, en la actualidad ha pasado a ser una palabra comodín que no explica nada. Da igual si nos hablan de thriller psicológico, thriller criminal o thriller de terror. Esas denominaciones no dicen nada. Son ambiguas y polisémicas (ver este artículo). (O este otro).
Conclusiones
Lo mejor es atenerse a la primera consideración del artículo, a las diferencias formales que se dieron entre las dos escuelas clásicas de la literatura criminal. Entre la novela policíaca y la novela negra anda el juego. Y naturalmente, es muy posible que entre ambos extremos haya una infinita gama de grises. En cualquier caso, la denominación no hace la cosa. La realidad es solo una, múltiples sus nombres.
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Muy Interesante artículo, eh. Pocas veces le he hincado el diente a este tipo de novela, pero ya me dieron ganas. Chulo texto, amigo, con aportaciones. Aunque me hubiera gustado que pusieras las fuentes de dónde obtuviste la información.
Hola, Javo…
Mis fuentes siempre son múltiples. Si las pusiera todas, ocuparían más espacio que el propio artículo. Pero tal vez la principal sea mi «memoria», que lleva almacenando datos desde siempre. Gracias por pasarte por la página.
Saludos