Personajes literarios: cómo hacerlos distintos y originales

Puedes idear un argumento fantástico y armar una trama fabulosa. Puedes ambientar tu novela de la manera más rigurosa posible. Y, pese a todo, faltarte aún el alma mater de toda narración: los personajes literarios. Si tus personajes son aburridos, previsibles, tópicos e incapaces de poseer rasgos propios es que aún te queda mucho por hacer.

Decimos siempre que la característica principal para que una narración destaque del resto es su originalidad. En eso se basa la literatura y cualquier forma de arte. Sin embargo, la premisa no se aplica solo a la forma de contar la trama. No basta con las frases o palabras brillantes, también afecta al fondo narrativo. Pero para que un texto sea original, los personajes literarios deben tener entidad propia. Parece sencillo, pero no lo es en absoluto.

Personajes literarios

Recomendaciones básicas para construir personajes literarios

Quizás sea mejor comenzar por lo que no debes hacer bajo ningún concepto.

  • Descripciones anodinas

No intentes caracterizar a tus personajes con ingentes cantidades de información poco relevante. Si haces una descripción, al menos que se manifieste importante en el resto de la trama.

  • No uses trucos fáciles

Es relativamente cómodo hacer que tus personajes literarios se miren en un espejo o revisen fotos. Partir de ahí para hacer una descripción del personaje es muy forzado, evítalo a toda costa: es demasiado novelesco. A un lector experimentado le chocará.

  • No traumatices a tus personajes

Lo malo en este caso consiste en tratar de justificar durante un montón de páginas que el comportamiento de tus personajes literarios está más que justificado porque un trauma de infancia (pongamos por caso) explicaría la conducta actual. La narrativa es arte de sutileza y eso es poco sutil. Déjalo para los psicólogos y la vida real. O para ensayos de psicología, da lo mismo.

  • Evita los maniqueísmos

También es muy poco sutil dibujar personajes principales perfectos y antagonistas muy malvados y crueles. Ningún lector sensato se va a creer esquemas tan elementales. Trata de introducir variaciones creíbles.

  • No tires demasiado de estereotipos

Si bien los estereotipos pueden funcionar en algunas escenas, convertirlos en habituales y repetitivos es un error mayúsculo. Sobre todo si se trata de sagas. Incluso en series de televisión varían el perfil de sus personajes icónicos. De lo contrario, el lector (o espectador) puede caer fácilmente en el hastío.

  • No abrumes a tus personajes

Tampoco se trata de dramatizar demasiado la trama. Si tus personajes literarios cargan con todas las plagas del universo es muy posible que resulten inverosímiles y poco empáticos.

  • Ojo con las digresiones

Si de improviso tu protagonista comienza a jugar con su perro o gato, que al menos luego tengan un papel destacado en la trama. O que esos gestos tengan algo que ver con la caracterización del personaje. La narrativa se asemeja a un círculo cerrado. Tenemos que dejar fuera todo lo que no esté expresamente dentro. Y para que algo que se cuenta en la narración esté dentro tiene que encajar con el resto. Si no encaja debidamente, sácalo fuera inmediatamente.

  • Ahuyenta las obsesiones

Tus personajes literarios pueden ser tan obsesivos como te plazca. Sin embargo, tal vez sea prudente ir introduciendo esas obsesiones poco a poco. De lo contrario te arriesgas a que el lector se forme una imagen deformada desde el principio.

  • Una pléyade de amigos

Cuidado con los amigos de tus personajes. Es muy posible que se produzca una inflación poco afortunada de todo tipo de personajes secundarios que no vuelvan a aparecer en la trama. Eso indicaría una planificación poco adecuada o una improvisación sobre la marcha demasiado brusca y descuidada.

  • No conviertas a tus personajes literarios en clichés

Este sería el riesgo más importante, sin duda. Es posible que describas relaciones de pareja basadas en la guerra de sexos o cualquier cliché similar. Puede que introduzcas amistades inquebrantables para resaltar el valor de la amistad. O quien sabe si en tus sueños aparecen enamoramientos que más bien rayan en la estulticia. O alcohólicos que a la primera salen de su infierno y recuperan a su príncipe o princesa. Etcétera, etcétera, la lista sería interminable. Procura profundizar un poco en cada uno de tus personajes literarios, para hacerlos humanos, cercanos, vivos, creíbles.

Personajes literarios originales y profundos

Por cierto, es bien fácil descubrir a autores noveles dando una ojeada rápida al comportamiento de los diversos personajes literarios que pueblan la narración. Si todos parecen el mismo, es fácil deducir que el texto está muy poco trabajado. Puede que tengan variaciones mínimas. Incluso los comportamientos masculinos se parecen sospechosamente a los femeninos y viceversa. O el comportamiento de un anciano se soslaya con el de un adolescente. Claro está que un lector profesional descubre muy pronto que los personajes están todos cortados por el mismo patrón. Por supuesto el del autor, que ha descuidado la idea básica de lo que es un personaje: la traslación al papel del reflejo de una persona única, irrepetible.

No hay consejo más útil en este campo que el de insistir a los futuros escritores que «convivan» día y noche con sus personajes literarios. Precisamente para que dejen de ser «literarios». Para que se conviertan en seres vivos, auténticos, profundos. Sé que esto exige mucho trabajo. Pero nadie dijo que fuera fácil. He repetido algunas veces que la narrativa es una de las tareas más difíciles a las que puede enfrentarse todo ser humano. Me refiero, claro está, a la buena narrativa. Y sé que la percepción corriente es la contraria, que escribir es fácil y está al alcance de cualquiera.

Aunque cueste aceptarlo, no es así (desgraciadamente). Si deseas una buena introducción a la narrativa de excelencia, puedes siempre estudiar a fondo mi manual Técnicas Narrativas Modernas. Y si quieres que tutorice tu trabajo narrativo puedes reservar plaza en mi taller de Técnicas Narrativas. O puedes seguir mis artículos y otros encontrados a través de las redes e ir formándote como un autodidacto/a.


Espero que os haya gustado mi artículo para tratar de mejorar a vuestros personajes literarios. Podéis comentarlo más abajo o compartirlo en vuestras redes sociales favoritas. En cualquier caso, muchas gracias por haber leído hasta aquí.

Una respuesta

  1. Charo Bernal Celestino 8 noviembre, 2016 Reply

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