Al hablar de escritores noveles, lo primero que hay que dilucidar es a quién nos estamos refiriendo, ya que, como casi todo en esta vida, se trata de una cuestión de grados. No es lo mismo alguien que comienza a hacer unos relatos cortos para habituarse a la narración que otro que ya tenga en su haber un par de novelas. Sin embargo, procederé como hago en mi libro «Técnicas Narrativas Modernas», en donde me dirijo igualmente a ambos extremos de la cuerda.
Para empezar, cuando los escritores noveles comienzan su andadura, en sentido estricto, generalmente lo hacen desconociendo las técnicas literarias, a veces incluso desconociendo la composición sintáctica o, lo que es todavía peor, el sentido de las palabras, asociado a una ausencia de léxico y de riqueza verbal apabullante. Sin embargo, vamos a obviar estos temas, puesto que sería regresar a un estadio demasiado elemental. No obstante… todo lo expuesto anteriormente se aprende sin más, con cierto esfuerzo y dedicación, solo hay que ponerse a ello.
En definitiva, pues, vamos a centrarnos casi en exclusiva en los errores más habituales que cometen los escritores noveles, no importa en qué estadio de aprendizaje se encuentren, puesto que son errores que se observan con cierta asiduidad. Me he centrado en diez, aunque lógicamente, si fuéramos a cuestiones de detalle, encontraríamos decenas, centenas incluso… Esto es así porque con la irrupción y el uso intensivo de internet, y las opciones de autopublicación, etc., el número de potenciales escritores noveles se ha multiplicado exponencialmente en los últimos años.
Diez errores típicos de los escritores noveles
Error 1: Confundir la voz del narrador con la voz propia
Tal vez es el error más común y el más difícil de erradicar en un primer momento. Y también el más grave, es el que más perjuicio puede ocasionar en la eventual carrera literaria de un nuevo escritor. Para delimitar el problema, hay que tener en cuenta que cualquier narración, incluso la de una voz autobiográfica, es una pura ficción, y como tal está sometida a unas reglas generales. La primera de esas reglas nos dice que la narración debe ser consistente por sí misma, que dentro del relato debemos encontrar un mundo autosuficiente y completo. Y claro está, no puede serlo si lo que vemos en la historia es únicamente una voz, la del autor omnipresente. En reiteradas ocasiones nos damos cuenta que quien está hablando es una voz «personal», y que todos los personajes están diluidos y fagocitados por esa voz, que no es autónoma, sino que responde a la personalidad específica del autor primerizo. Vencer esa tendencia (por otra parte natural) a narrar desde una única visión (la personal) puede llevarnos algún tiempo y no hay que desesperar.
Error 2: Detallismo innecesario
Otro error muy frecuente y típico, sobre todo en narraciones extensas, como puede ser una novela, pero también visible en relatos cortos. Se trata, ni más ni menos, que de contar todo tipo de detalles y de sucesos que a los escritores noveles les parecen importantísimos, pero que en realidad no lo son (para un lector corriente, no hablamos de amigos, familiares, etc.). Esa tendencia a narrar con todo lujo de detalles cualquier acontecimiento intrascendente, irrelevante para la historia, es una marca típica de cualquier clase de escritores noveles. La narrativa se basa en lo excepcional, lo singular, lo anormal, lo intenso, lo peculiar (podemos llamarlo de mil formas diferentes), incluso cuando (aparentemente) se describen situaciones cotidianas y sin relieve (como es el caso de Franz Kafka).
Error 3: Las acotaciones innecesarias en los diálogos
Otra de las bases de la narración (lo mismo literaria que cinematográfica) es que el narrador pase desapercibido (la cámara en el caso del cine), lo que hará que el lector o el espectador se sumerja completamente en la historia. Si queremos detectar inmediatamente la acción de los escritores noveles no tenemos más que acudir a sus diálogos. Los veremos (si no han superado este estadio) llenos de incisos no pertinentes, incluso completamente irrelevantes para la historia que se está contando. Este error está íntimamente relacionado con el primero y con el segundo. El autor se hace presente constantemente, a través de las descripciones, de los diálogos, de las reflexiones, etc. Quiere cubrirlo todo, abarcarlo todo.
Error 4: La escritura sobre algo que no se conoce
Otro error muy típico de los escritores noveles. Si leemos a un escritor plenamente formado, lo primero que nos llamará la atención será la extensa documentación y ambientación de su historia. Notaremos rápidamente que se ha informado de la forma más amplia posible de aquello sobre lo que tiene que hablar. Sin embargo, en el caso de los escritores noveles sucede exactamente lo contrario. Lo primero que percibimos, apenas hemos leído unas cuantas páginas, es que no hay suficiente información sobre personajes, ambientes, temáticas, etc., para lograr una historia creíble y coherente. Y eso no sucede porque sí, en la mayoría de ocasiones sucede porque no se ha tomado en serio la escritura de una historia de ficción, y se ha dejado todo en las manos de las «musas», las «hadas», la «inspiración» o vete a saber qué clase de fantasías… olvidando que la escritura ante todo es un oficio y que, como tal, hay que aprenderlo a fondo.
Error 5: La excesiva autoexigencia de los propios autores
Otro error bastante común y típico, aunque varíe de autor a autor. En el límite, hay escritores noveles que piensan que «deben» (esta es la autoexigencia excesiva) hacer la obra de su vida, la novela que los lleve al éxito o a un reconocimiento generalizado, que haga que las editoriales se vuelvan locas por publicarle y promocionarle. Como es del todo evidente, no es más que otra fantasía alimentada por una cierta mítica del «arte» de escribir, una concepción romántica y periclitada. Como hemos dicho en el párrafo anterior, no se trata de arte sino de oficio, en primerísimo lugar. Si debe convertirse en arte alguna vez, será después de un sacrificado aprendizaje, nunca antes y a priori. El querer llegar a la excelencia, a la maestría, con la primera novela o los primeros relatos es una versión idílica muy alejada de los hechos.
Error 6: Falta de sutileza
Por desgracia, nos encontramos con mucha frecuencia con escritores noveles que construyen todo su edificio narrativo basándose en afirmaciones tajantes, en una falta considerable de matización de los propios personajes o de la historia que se está contando. Esa visión tan unipersonal y unipolar nos da la impresión de una falta de maduración por lo que se refiere a la experiencia vital, que al margen de los progresos técnicos que se hayan hecho (y que pueden ser notables), nos dice que el escritor no está todavía suficientemente preparado para la narrativa, que en sí misma es un arte de la sutileza. Para lugares comunes y tópicos habituales ya está la prensa diaria, internet o la televisión.
Error 7: Excesivo miedo a la crítica
A nadie le gusta ser examinado, evaluado, juzgado, expuesto a la opinión pública, «desnudado», qué duda cabe. Ese pudor primario es una pura autodefensa del ego y es completamente natural. Sin embargo, llevado a un exceso, puede convertirse en un obstáculo insalvable en la carrera de los escritores noveles. La autoestima es necesaria en la vida, pero no hay que confundir los términos: una cosa es la persona que está detrás de cada autor, y que debe ser siempre preservada de ataques personales, de argumentos «ad personam»… y otra muy distinta la obra que se está realizando y que es objeto, como por otra parte es lógico, de la crítica y del examen pertinentes. Si un niño comienza a dibujar y lo hace rematadamente mal no vamos a juzgarle por ello, pero sí podemos ayudarle a mejorar, si es que tenemos los suficientes conocimientos de dibujo para hacerlo. Una consecuencia lógica de este craso error de magnificar las críticas ajenas, es la de convertir el estilo personal en anodino, en equivalente a cualquier otro que escriba en las mismas condiciones. La difuminación en la masa siempre es la mejor estrategia para pasar desapercibido, que en última instancia es la perentoria necesidad psicológica de los que se sienten demasiado expuestos. Hay que vencer por completo ese temor para progresar debidamente.
Error 8: El autoengaño
No hay nada tan destructivo en nuestra vida corriente como el autoengaño. No se trata de que otro u otros te engañen o te mientan, lo que ocurre de vez en cuando y tiene una relativa importancia. Lo realmente peligroso es que tú mismo te engañes y no seas consciente de ello. Este fenómeno es muy corriente en la vida cotidiana y seguramente todos tenemos ejemplos de sobras acerca de conocidos, amigos o familiares a los que les ocurre. Ellos no son conscientes, pero nosotros sí, al poder observar desde la distancia y con una mayor objetividad. Lo mismo ocurre con los escritores noveles en innumerables ocasiones. El hecho de tener cierta experiencia en narrativa los lleva automáticamente al autoengaño, y a pensar que ya tienen toda la experiencia que precisaban, que ya no necesitan corregir sus textos como hacían antes, que su nueva prosa es casi perfecta, y que apenas necesitan algún retoque aquí y allá. Por supuesto, esta es una visión en exceso narcisista, con una percepción crítica disminuida y una propensión a la sobrevaloración de lo propio (sea la inteligencia, la capacidad, el arte, la suficiencia, etc.). Al tratarse de fenómenos asociados al ego y al amor propio, la soberbia, la falta de humildad, etc… son difíciles de corregir, incluso siquiera de hacerlos conscientes. Y por tanto son un freno importante para el progreso en la escritura de narrativa de ficción.
Error 9: La escasa consideración hacia la corrección del propio texto
Es un error relacionado con el anterior, pero a veces tiene connotaciones propias. No tiene por qué tratarse de autoengaño basado en la sobrevaloración de sus propios textos, sino de una cierta pereza o negligencia a la hora de corregirse. Hay que tener en cuenta que uno de los oficios más difíciles sobre el planeta Tierra es el de la narrativa de ficción. Hace un tiempo, solo se dedicaban a él los escritores que tenían una vocación irrenunciable. Como primer ejemplo podemos poner al propio Cervantes, que antes de dedicarse en exclusiva al oficio fue soldado, rehén… y otro montón de cosas, hasta que se decantó por las «letras» (como se decía antes). Sin embargo, la proliferación de escritores noveles en la actualidad es tal que realmente no aprenden como se debe, puesto que imitan no a los mejores (como se hacía hasta no hace tanto tiempo), sino a sus iguales, a los que escriben como ellos. Y en el mundo de prisas y de aceleración en el que vivimos se considera de lo más normal corregir un texto de forma ligera, casi imperceptible. Un error funesto que lleva al anquilosamiento de la escritura y a la falta de progreso real en el oficio.
Error 10: La falta de un estilo propio
He dejado para el final un error que sería el compendio de los anteriores. Es normal, por un lado, que los escritores noveles que van surgiendo día sí y día también no tengan un estilo definido. Sin embargo, por otro lado, lo que ya no es tan normal es que no tengan estilo alguno, o que su estilo se confunda con el de cualquier otro escritor primerizo. Se debe buscar el estilo ya desde el comienzo, y para ello tendremos que definir nuestras opciones básicas: léxico, construcción sintáctica de las frases, puntuación, uso de ciertas temáticas y ambientes, la utilización de jergas o la caracterización de ciertos personajes, el tipo de conflictos, el modo de tratarlos, los finales que damos a los relatos, etc., etc. Porque, en definitiva, el estilo es la huella que dejamos a través de nuestra narrativa. Y no podemos dejar una huella anodina… o lo que es peor, ninguna huella.
Bien, hasta aquí ha llegado el artículo. Para mayor información y ampliación de los conceptos considerados, no dejéis de adquirir, si queréis progresar adecuadamente, mi manual sobre «Técnicas Narrativas Modernas». Sin duda os ayudará a mejorar vuestra narrativa. Muchas gracias.
Foto de Ramona Forcella, en Flickr.
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Pienso, José, que desde la generalización de las nuevas tecnologías empieza a haber más escritores que lectores por lo que no es de extrañar que muchas, entre las novelas que se publican, sean obras de aficionados con poco o ningún valor literario.
Efectivamente, así es, Teresa.
Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo.
CARTA DEDICADA A TODOS LOS ESCRITORES NOVELES:
Largo tiempo ha transcurrido desde aquel día en el que decidí dedicarme a escribir, más de una década….
Una vez, hace ya algunos años, un escritor bastante conocido en Argentina y café de por medio me dijo: — ¿Sabes cuantas personas se sumergen en el mundo de las letras? Es el único oficio, por así decirlo, en el cual con sólo un lápiz y un poco de papel puedes hacerte rico.
Y a decir verdad tenía mucha razón.
El novel tiene grandes esperanzas, inmensas expectativas y es invadido por un desmesurado aluvión de sueños.
Pero….. ¿Que es un escritor? ¿Quien es un escritor? ¿Cuando puede una persona convertirse en escritor? ¿Es un escritor todo aquel que escribe?…..
Estas son preguntas que tal vez para muchos resultarán controvertidas o difíciles de responder.
Les diré entonces, cuándo yo considero que una persona es un escritor: «Cuando lo que ha escrito lo ha leído mucha gente.»
Hoy por hoy, nadie apuesta por los escritores noveles y/o desconocidos, y aunque resulte una descarnada afirmación, no es más que la cruda realidad.
Piensen en ésto, las editoriales dejaron hace tal vez décadas la tradicional caza de talentos, ahora es sólo un mero negocio. Así que, si vosotros fueseis propietarios de un negocio de venta de electrodomésticos, ¿que venderían?… ¿ Artefactos marca Philips o marca Pituto? ¿Dura afirmación verdad?
Nadie lee a los noveles, excepto otros noveles, aunque algunos de ustedes aún piensen que sí.
En los países hispanoparlantes, comenzando por España como la tierra que mejores oportunidades presenta para editar una obra, dada la cantidad de editoriales, la gente cada vez lee menos.
A continuación enumeraré (se perfectamente de antemano que muchos tildarán de agoreras mis afirmaciones y muchas mujeres de ser «machista» o tal vez misogino) varias verdades recogidas en más de una década.
1º Hay una marcada diferencia entre obras de autores y de autoras. Las mujeres producen obras con un alto contenido romántico etrelazado en sus historias, amores no correspondidos, mucho drama y por lo general utilizando un lenguaje seudo poético, cuando no atiborradas de adjetivos, cayendo en empalagosas descripciones y relatos. ¿Y quien dice que una de estas obras son muy buenas? Por supuesto otras mujeres o alguno que otro gay.
Muchas de ellas se han lanzado al género de ficción y/o aventuras y/o acción, bueno, les diré que cualquier obra de este género y aunque no sepa el nombre del autor/a, a los pocos párrafos salta a la vista que es producto de un autor del sexo femenino.
Por eso los niños juegan a la guerra y a determinados juegos de «acción», y las niñas juegan a las muñecas o a tomar el té con sus amiguitas ¿O no?
Sin embargo, lo peor ocurre cuando alguna de esas novelas son llevadas a la gran pantalla y los hombres que entusiasmados esperan ver un film de pura adrenalina y acción, se topan con situaciones incongruentes o inexplicables. Hace no mucho, muy lleno de expectativas, descargué de internet un film que prometía ser del género ficción/aventuras y además muy entretenido….¡Que decepción! aparte de tener situaciones rayanas en lo ridículo durante todo su desarrollo, la protagonista, sobre el final, arma en mano y cuando se topa con la mujer artífice de la muerte de sus padres, de sus amigos, etc, dicho de otra manera, con la arpía que le cagó la vida, y todos esperamos que le vuele la tapa de los sesos….no, decide (por así decirlo) matarla con la indiferencia…….¿¿¿???
Al terminar el film, pude comprobar mis sospechas desde el principio…. que lo había dirigido una mujer….
No afirmo, ni mucho menos, que no existan grandes escritoras o directoras, existen, pero se dedican a otros géneros de novelas y de filmes.
2º Tal vez un noventa o más por ciento de los filmes están basados en novelas, cuentos u otros escritos, esta afirmación es una realidad ¿Alguna vez vieron un filme de ciencia ficción o aventuras, pero de los buenos, de hechura hispana?
¿Nunca se preguntaron el por que? La respuesta es simple, NO EXISTE LO QUE ES CIENCIA FICCIÓN O AVENTURAS PARA LA LITERATURA EN LOS PAÍSES DE HABLA HISPANA O ESPAÑA MISMO!!!!!
3º En los últimos años, un montón de escritores jóvenes, inspirados por las obras de Tolkien, se han lanzado entusiasmados, en tropel y de cabeza, a escribir obras similares. Lo mejor es atarse al carro del vencedor (reza el dicho).
Escritos que cuentan las andanzas de una cantidad apabullante de personajes de todo tipo, pululando éstos por una infernal variedad de reinos, por supuesto ficticios; historias de mercenarios, reyes exiliados que quieren recuperar el trono, incontables razas de humanoides junto con humanos rellenando los más diversos territorios y como es de esperar, todos en conflicto, para empeorar las cosas, todos estos truculentos enjambres, nadan en un vasto mar de fenómenos provocados por hechicería o superpoderes de parte de los buenos y también de los malos. Algo que desborda mi capacidad de asombro, es la cantidad de nombres inventados en éstas historia, como si tomasen las letras del abecedario, convenientemente colocadas en una lata o recipiente y que extrayendo luego al azar, forman los nombres de los personajes.
El lenguaje utilizado por lo general es empalagosamente poético hasta el hartazgo y desbordante hasta el cansancio de adjetivos comparaciones, etc, y todo en el afán de conferirle «estilo. Y para completar este fenómeno, al cual llamo Tolkienmanía, muchos de ellos incluyen mapas, para que las archirecontracomplicadas historias puedan llegar a ser comprensibles por los apabullados lectores.
Esta fiebre Tolkienmaníaca tiene su máxima expresión en España, y en todas estas historias de fantasía parece regir un simple lema: «Cuanto más extenso y complicado, tanto mejor».
4º Por tradición, las editoriales debería estar en una búsqueda permanente de nuevos escritores, sin embargo, y aunque eso pareciese ocurrir, no ocurre. Editorial = Negocio.
Mi querido novel, te toparás con muchas de éstas respuestas de parte de los editores:
a) Por ahora no recibimos manuscritos hasta nuevo aviso. (Nunca los recibiremos)
b) No podemos recibir manuscritos hasta que los recibidos no estén evaluados. (No evaluamos ni uno, los desechamos directamente).
c) Si no recibe comunicación de nuestra parte pasados los seis (o diez,o etc) meses, es que su trabajo no se ajusta a nuestros requerimientos. (Espere sentado porque los lanzamos a la basura)
d) Su obra será leída y evaluada, pero toma tiempo. Ya nos comunicaremos con Ud. (No leemos ni una línea de obras de autores noveles).
e) No recibimos manuscritos por correo electrónico. Solo debe enviarnos su obra por cuadruplicado en letra gótica hecha a mano y sobre hojas de 213,456 mm por 145,675 mm, confeccionadas las mismas con piel de ornitorrinco macho sacrificado en luna llena. ( Por no decir : No rompa las pelotas, no recibimos nada de noveles).
f) Recibiremos manuscritos recién para el año 2045.
g) Hemos leído su obra pero no se ajusta a nuestro requerimientos editoriales. (No la leímos un carajo por que usted es un desconocido y no la queremos).
h) Trabajamos solo con autores españoles. (Respuesta para los noveles de otros países)
Y así sigue la interminable lista de excusas y más excusas. Pero a estos super vivos, por ahí se les escapa un negocio super millonario en dólares como ocurrió con la Rowllings y su Harry Potter, quien fue rechazada por un montón de editoriales.
Un escritor británico cuyo nombre es David Lassman, habiendo sufrido el rechazo de los editores en carne propia, decidió convertirse en una especie de vengador de los noveles y remitió tres novelas famosas a varias editoriales muy conocidas, la trampa consistió en haber cambiado los títulos y también por supuesto, el nombre del autor, colocándoles uno falso para utilizarlo como propio. Lo cómico fué cuando luego de enviar los «ignotos manuscritos» comenzó a recibir respuesta de estas encumbradas editoriales….»Es realmente original y de interesante lectura, pero no se adapta a nuestros intereses» respondió una de ellas. Otra respondió «No se adecúa a nuestra lista de títulos».
Y así fueron cayendo en la trampa otras más.
Sería divertido y de paso poner en evidencia a estos hipócritas, remitirles conocidos best sellers pero cambiando sus títulos y el nombre de los autores. Apostaría sobre seguro, que son rechazados por estos señores argumentando cualquier falsa excusa, menos que son un plagio. Imaginen ustedes a Planet* o Sudamerican* rechazando Harry Potter o Tiburón por no adecuarse a su línea de edición, o por no adecuarse a su lista de títulos….
5º Los famosos concursos literarios de cierta relevancia nunca los ganará un novel o autor desconocido, siempre será un autor quien ya ha editado o al menos escribe para algún medio público, como ser un periódico, etc.
6º Un empleado de editorial que se lance a escribir tiene muchas, pero muchas más posibilidades de que lo editen, escriba lo que escriba. Dado que es una realidad como he mencionado, las editoriales seleccionan escritores por recomendación (otro autor, agente, etc) u otra referencia, NO tienen en cuenta a desconocidos.
7º Muchas veces se preguntarán si lo que escriben es de buena o mala calidad. Ahí es cuando surgen los famosos «evaluadores». Ahora pasaremos a cuestionar ¿Y quien evalúa un manuscrito? ¿Está calificado este señor/a para evaluar de manera objetiva?….
y bueno, ante todo lo antes expuesto, salta a la vista que las evaluaciones pueden ser o realmente son, subjetivas.
Dependerá de: El sexo del evaluador/a. Bien, si es una mujer y usted escribió una historia de amor bien retorcida o tal una aventura de acción donde la protagonista es una mujer que patea traseros, y si encima su lenguaje es seudo poético atiborrado de adjetivos, tendrá un éxito rotundo, le calificarán como una obra genial, le editarán, un público de féminas dirán que será un best seller, y con toda probabilidad llegue a serlo.
Si en cambio su obra es de ficción o aventuras o acción bélica, la evaluadora se la rechazará de plano.
Pero no todo termina aquí por supuesto, si su obra cae en manos de un tipejo que tiene predilección por tal o cual género, y sus escritos son de otro género diferente, se los rechazarán también.
Si el evaluador o evaluadora, al leer su trabajo está en un mal día, no solo lo suyo, sino todo lo que caiga en sus manos para él o ella será una porquería.
Es como ir al cine a ver una comedia reidera un día en que tenemos los ánimos por el suelo. Con toda seguridad nos preguntaremos: — ¿Y la gente se ríe de esta boludez?
El mismo filme visto un día en que estamos muy contentos, nos hará reír a carcajadas.
Una mujer que trabajaba atendiendo animales en una reserva o zoológico, no recuerdo bien en este momento, había enseñado a un pequeño elefante a garabatear sobre un lienzo con un pincel y pinturas de colores. Poco después, en connivencia con el dueño de una prestigiosa sala de exposición de pinturas (creo que en París), expuso allí varias obras del elefantito. Luego convocó a los expertos y críticos del arte referente a pintura, para que descubriesen a que pintor famoso pertenecían las obras allí expuestas.
Uno a uno comenzaron nombrando a tal o cual pintor famoso, e incluso debatían entre ellos en un intento por identificar al hacedor de tales maravillas diciendo: — Este es indudablemente el estilo de fulano! o bien: — Por los trazos, colores y líneas corresponden al pintor mengano!!! Etc, etc.
Saquen sus propias conclusiones, con la literatura a veces ocurre más o menos lo mismo.
¿Quien evaluó a Ernest Hemingway en las editoriales que lo rechazaron? Debe haber sido un hato de imbéciles, porque más tarde alcanzó el premio Nobel en literatura.
Hace no mucho tiempo, comencé a recibir invitaciones a participar en el certamen (ROI) que lanzó la editorial Dunken a los cuatro vientos. En dicha propuesta invitan a escritores, noveles por supuesto, para que participen remitiendo sus manuscritos. Pero ahora viene lo bueno, aseguran leerlos a todos y además serán evaluados por un equipo compuesto de Estudiantes de la Carrera de Edición de la UBA, Escritores, Talleres Literarios y distintas personalidades e instituciones ligadas a la Cultura y a las Letras.
Esta propuesta al menos para mí, es una flagrante falta de respeto.
Piense que tal vez su trabajo será evaluado por un pendejo estudiante quien hasta no hace mucho no tenía pelitos en los huevos, que con toda seguridad ha escrito NADA y hasta ahora ha leído POCO. ¿Evaluado por un taller literario? Con toda seguridad, si su trabajo cae en manos de un evaluador de éstos, le buscarán hasta el más insignificante error para demostrar su sapiencia.
Así que, caemos otra vez en lo mismo.
8º En los últimos años ha surgido una enorme cantidad de «editoriales» (valgan las comillas), que cuando el autor se dirige a ellas en pos de una posible evaluación y posterior edición de algo de su trabajo literario, se topa con que estos «editores» le remiten un presupuesto de edición. Por supuesto que dentro del «combo» le prometen correcciones, publicidad para su obra, presentación, y otras yerbas…..o sea que ellos llaman EDITORIAL, a lo que simplemente es una vulgar IMPRENTA con algunos aderezos como es algo de tecnicismo y publicidad para las obras.
LA VERDAD SOBRE LA AUTOEDICIÓN
Todos van a decirle a usted que aunque lo rechacen, lo rechacen y vuelvan a rechazarlo las editoriales, siga intentándolo. Porque si recurre a la autoedición, ésta lo lanzará a un abismo que lo hará desaparecer del mundo editorial.
Eso es FALSO!
¿Conoce estos nombres?
Stephen King, Jorge L Borges, Julio Cortázar, Edgar Allan Poe, Nietzsche, Alejandro Dumas, Ernest Hemingway
Mark Twain, Dostoievski, Federico García Lorca, E.L. James y hay más.
¿Son o fueron grandes escritores y de fama mundial, verdad?
¿Que me dirían ustedes si les digo que decidieron autoeditarse porque ninguna editorial apostó por ellos y fueron rechazados incontables veces?
Un escritor se hace escribiendo y publicando, para que todos conozcan su trabajo.
TODO ESCRITOR DEBE PULIRSE
Muchos le dirán que todo escritor debe pulirse, ya sea mediante la guía de algún escritor experimentado, ya sea mediante un taller literario.
Eso también es FALSO! Al menos para mí.
Hay escritores que aún siendo noveles, escriben mejor que otros muy consagrados y lanzados por grandes editoriales. No afirmo con esto que tal vez haya personas quienes necesiten aprender ciertas reglas de nuestro lenguaje y/o como aplicarlas.
Bueno mis queridos noveles, espero que todo lo que he vertido en estas páginas les sirva de algo, he sido objetivo y he vertido sólo la verdad sobre mis experiencias en todos éstos años dedicados a las letras.
Un saludo cordial. Carl Stanley.
Gracias por un comentario tan largo, Carl.
Muchas cosas las comparto, algunas no tanto.
Un saludo muy cordial
Solo voy a decir un par de cosas, pues no quiero extenderme y tampoco sería muy necesario.
1) Si piensas que España es un lugar con oportunidades para publicar, vuelve a mirarlo. Si eres anglosajón y vienes de una editorial anglosajona sí, da igual si es una mierda la novela, que aquí se publicará. Idem si eres un vividor que sale en programas del corazón, que también.
2) Nadie lee a los noveles. Bueno, en caso de editoriales así es. Siempre nos queda la autopublicación: Aunque ojo, ser autoeditor aquí en España está entre mal y peor visto. «Si te autoeditas es porque tú novela no vale una mierda». Lo que también es mentira.
Lo dejo ahí.
Jose Pimat, un artículo interesante y con consejos curiosos, pero ahora coge y díselo a la que escribió «La Reina Roja» o la infumable saga «Crepúsculo».
Un saludo.
Gracias por participar, José Fernando.
Un saludo
Sexist idiot
Muchas gracias. Lo tendré en cuenta.
Gracias a ti, Charo.
Saludos
Muy importante tener en cuenta estos conceptos para escribir textos cortos o extensos.
Soy escritor novel argentino y escuchar estos comentarios, duros pero ciertos, me han desanimado un poco. Varios de estos avatares con las editoriales ya los sufrí en carne propia y sé que probablemente mis obras jamas salgan de mi ordenador. Sin embargo sigo escribiendo porque me apasiona, es lo que mas me gusta hacer. De lo único que me arrepiento es de haberlo descubierto tan tarde! Ojalá me alcancen los años para terminar de escribir todas las historias que tengo en la cabeza, aunque la memoria de mi notebook reviente… Abrazo.
Hola, Fernando…
Se aprende poco a poco, el arte de la escritura es muy difícil… pero la experiencia se va acumulando progresivamente.
Por otro lado, quien se dedique a este noble oficio tiene que estar comprometido con volver a empezar siempre…
Por supuesto, el progreso va a depender de los maestros que tengas, del tiempo dedicado, del apoyo del entorno y de otras variables difíciles de definir.
Suerte!
Hola, siempre le dedico una noche o dos a estos sitios con información descorazonadora cada vez que me quedo sin gasolina. Ya he pasado por muchos de dichos errores y actualmente me encuentro en el trabajo serio y conciente. Soy escritor ‘novele’, supongo. La particularidad que tengo yo es que me crié leyendo sólo ficción/terror americana y es lo único que leo hasta el día de hoy. Por lo que a eso dedico la imaginación creativa. Y sé que no estoy haciendo estupideces de tiempo de ocio adolescente, comencé mi segunda novela en esa época pero desde hace un largo rato me siento en las mañanas para hacer mi oficio, y sé que lo hago bien. Sólo que en este par de días, tuve que recurrir a esto. Lo más brillante de todo, es que en realidad, amigo, me quedan unas 100-170 páginas para terminar un tercer borrador. El quizá definitivo. Por lo que estoy sonriendo y con una cara diferente al dejar este comentario. Lo único que me faltaría es encontrar un mentor. No he tenido la chance.
Gracias y saludos
Hola, Sebastián…
No hay mentores en este oficio. Tan solo se trata de escribir y leer continuamente, sin dejar de hacerlo ni un solo día. El progreso se nota poco a poco (tal como un niño al comenzar a hablar).
Un saludo muy cordial
Hola José. Muy interesante de nuevo tu artículo y el hilo de debate que ha generado. Debilidades, inseguridades, nobles aspiraciones. De todo eso estamos hechos y de todo eso están hechas las historias. Muchas gracias de nuevo.
Hola, Baldur…
Gracias a ti y a todos los que se pasan por esta humilde página.
Un saludo muy cordial