Escribir a mano vs escribir con teclado

En el artículo de hoy voy a tratar de mostrar algunas ventajas que tiene el escribir a mano, precisamente en unos tiempos en que casi nadie lo hace ya. Las cartas a la antigua usanza son casi inexistentes, el correo electrónico las ha sustituido. Por otro lado, los trabajos académicos son realizados casi exclusivamente a través del ordenador y del teclado; incluso en las escuelas de secundaria se está abandonando la escritura a mano con el objeto de que los alumnos se acostumbren a las nuevas tecnologías; en algunos países, hasta en los niveles primarios de enseñanza se han sustituido los cuadernos de caligrafía por teclados.

Sin embargo, estudios recientes confirman lo que uno puede intuir sin gran dificultad. Escribir a mano no es todavía un fósil, pero… ¿cuáles son las diferencias reales entre escribir de una forma u otra? Vamos a verlo a continuación.

Escribir a mano

En primer lugar, según recientes estudios de los neurocientíficos, aprender a escribir a mano mientras los niños aprenden a leer desarrolla lo que ellos llaman la motricidad fina, algo imposible si solo se usan teclados de ordenador, tableta, teléfono móvil, etc.

Escribir a mano: ventajas

Se ha comprobado, también, que escribir a mano es la manera más eficaz para retener la información o para estudiar, en vez de hacerlo tomando las notas a través del teclado. El proceso de escritura manual estimula un área particular del cerebro, que prioriza aquello en lo que estamos concentrados y en su traducción instantánea al acto de la escritura, donde cada letra cuenta y es importante para el mismo proceso de la concentración mental, especialmente en los pequeños.

Asimismo, cuando escribimos a mano, nuestro cerebro está pensando al mismo tiempo si algo de lo que estamos haciendo sobra, si no es correcto, etc.; entonces, la mano tacha, dibuja una flecha hacia arriba o hacia abajo y hace notas en los márgenes, señaliza con llaves omnicomprensivas o pone cualquier tipo de signos que nos puedan ayudar en el repaso del trabajo o del estudio, todo ello sincronizado con el cerebro automáticamente, sin apenas ser conscientes de todo el proceso. No es que todas estas opciones no puedan hacerse con un teclado, pero no de un modo tan directo y sincronizado, de ahí que los neurólogos hablen de ese concepto reseñado al principio, el de la motricidad fina, sobre todo en el caso de los niños que están aprendiendo a escribir.

Toda esta actividad tan dinámica del cerebro le hace mantenerse en forma, se trata de un completo entrenamiento que retrasa objetivamente el proceso normal de envejecimiento de todo el sistema nervioso. Lo podríamos comparar a un músculo: si se ejercita se mantiene activo y en forma, de lo contrario se anquilosa y se apaga. Por esa razón podemos ver todavía personas ancianas, por su edad, con un cerebro todavía lúcido y privilegiado, algo que no ocurre ni mucho menos en todos los casos.

Para los niños es especialmente beneficioso escribir a mano, puesto que aprenden a leer antes, precisamente por la sincronización entre la escritura manual y el aprendizaje lector. Y los estudios relacionados con la neuroimagen demuestran que el cerebro se activa más cuando se escribe a mano que no cuando se utiliza un teclado. Precisamente lo hacen aquellas áreas que tienen que ver con la comprensión del lenguaje y de la lectura.

Por otro lado, es bien sabido que la escritura a mano refleja fielmente nuestra personalidad, nuestra identidad, la conciencia de nosotros mismos, algo que se va perdiendo progresivamente con la masiva extensión de teclados, móviles, etc. Podríamos decir que hoy la moderna tableta ha sustituido al clásico cuaderno. Hay que comprender lo que se gana con ello, pero también lo que se pierde.

En el fondo de la actividad consistente en escribir a mano subyace el hecho neurológico de que el cerebro hace un mayor esfuerzo, logrando de esa forma un mayor y mejor aprendizaje en el rendimiento académico y escolar. Por ejemplo, un estudiante que toma notas a mano en una clase tiene que hacer un esfuerzo mayor para integrar los conceptos importantes en el área correspondiente de su cerebro, ya que no puede apuntarlo todo, a causa de la rapidez en el habla, que la escritura generalmente no puede seguir.

Sucede lo contrario al tomar apuntes a través de un teclado, donde puede tomarse casi todo muy rápidamente y al instante, sin un proceso de selección e integración intelectual de los conceptos realmente importantes. Digamos que al escribir a mano, el aprendizaje es más profundo y duradero. Y todo ello sin dudar de las ventajas de los teclados, virtuales o reales, con resultados tales como una buena presentación, la impresión casi inmediata con facilidad extraordinaria, etc., ventajas que no pueden negarse.

Sin embargo, paradójicamente, la redacción manuscrita tiene algunas cualidades importantes, como las reseñadas en el artículo, sobre todo en relación a los más pequeños, que invitan a los pedagogos a recuperar la caligrafía clásica, o mejor dicho, a potenciarla. Al escribir a mano se piensa más en lo que se está escribiendo, ya se trate de un infante o de un adulto, aparte del hecho de que al mismo tiempo se potencian capacidades visuales, motoras y cognitivas.

Conclusiones

Por tanto, para terminar, el escribir a mano es un asunto serio sobre el que vale la pena reflexionar. Podría decirse, en general, que sin renunciar a las ventajas de las nuevas tecnologías, tendríamos al mismo tiempo que tener en cuenta actividades más clásicas, como el ejemplo citado de la caligrafía para niños, o la toma de notas por parte de estudiantes, o en general la escritura a mano por parte de escritores y redactores de todo tipo, al menos parcialmente. Por lo menos eso es lo que nos sugieren los científicos, por ejemplo el hecho probado de que el cerebro memoriza mejor a través de una escritura manual.

También es interesante el área de conocimiento conocida como grafoterapia, que puede ser muy útil para diversos trastornos de la personalidad. Es decir, una reeducación de nuestras capacidades motoras, cognitivas e incluso, yendo más allá, de la interpretación que podamos hacer del mundo y de los demás, a través de la escritura, lo cual entra ya más dentro del apartado de escritura terapéutica que hemos desarrollado en algún artículo, por ejemplo éste.

Información complementaria: pincha aquí.

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5 Comments

    • Jose Pimat 27 febrero, 2016 Reply
  1. Arantxa Rufo 19 julio, 2016 Reply
  2. Janin Monterrey 16 mayo, 2017 Reply

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