Entrevistas Aída del Pozo | Escritores

Hoy tenemos en este espacio, de nuevo, a una prometedora y fértil escritora, con varios libros en su portafolios, aunque de momento solo ha publicado uno, “El silbido de la serpiente”.

JP.- ¿Cómo llegas, Aída, a la necesidad de escribir? ¿O es sólo una arraigada afición?

AdP.- De adolescente me gustaba escribir, como supongo que sucede a todo el mundo en esta etapa de la vida. Pero ha sido desde hace tres años en los que la escritura se ha convertido en parte de mí. Es una necesidad, no una afición. No entiendo mi vida actual sin la escritura. Y esa necesidad nació como “terapia” en un momento crucial de mi vida, para evadirme y dejar de pensar. Paradójicamente, cuando la medicina de la literatura curó ciertas heridas, se quedó en mí y ahora no puedo vivir sin escribir.

JP.- Y una pregunta relacionada con la anterior. ¿Cómo llegaste a “El silbido de la serpiente”?

AdP.- “El silbido de la serpiente”, es en realidad mi última novela, no la primera. En tres años he escrito una cantidad ingente de folios, que se han convertido en una trilogía intimista y erótica y otras tres novelas más que espero algún día vean la luz. Decidí, sin embargo, que esta última “criatura parida” fuera la primera en ver la luz pues consideraba que había llegado con ella el momento de tirarme a la piscina, literalmente. El silbido de la serpiente” es una novela en la que he trabajado mucho, en cuanto a la trama, a la creación de personajes, al desenlace, a la oscuridad y a la descripción del mundo interior y exterior de la figura protagonista, desgarrada y atormentada, llena de carencias y en continua búsqueda de un rayo de luz y esperanza. Quizás he llegado hasta aquí, porque en esta novela he puesto “toda la carne en el asador” en sentido literario.  Tras tocar el género romántico he llegado a esta novela, en un proceso de autoaprendizaje y esfuerzo. Era lo que tenía que llegar, sin más.

JP.- Dime, Aída… ¿al construir la trama de “El silbido de la serpiente” eras consciente de la enorme dificultad a la que te enfrentabas?

AdP.- Desde el primer momento. Cuando preparaba mi discurso de presentación de la novela en Madrid, tomé aún más conciencia de esa dificultad. El silbido es una novela de personajes muy complicados. El personaje principal fue todo un reto. Visualicé la trama y deseé construirlo de un modo un tanto peculiar, hasta el punto de que no pudiera contar nada de él pues una sola palabra podría quitar la “magia” de su lectura. Es una novela para NO CONTAR, para que el lector descubra. Incluso la sinopsis fue creada para mantener la intriga y causar en el lector la necesidad de adentrarse en la novela. El silbido de la serpiente nació con una IDEA en mi cabeza: SORPRENDER DESDE LA PRIMERA HASTA LA ÚLTIMA PÁGINA. Creo que lo he conseguido, consciente de que esta frase era un slogan para mi novela. Tú la has leído, y sabes de lo que hablo. Y hasta aquí puedo leer…

JP.- Sí, tiene muchos aspectos sorprendentes. Sin embargo, ¿no pensaste en ningún momento que el lector pudiera quedar algo confuso y desorientado?

AdP.- No era mi intención que quedara confuso o desorientado, sino sorprendido. Todos cuantos la han leído han definido así sus impresiones tras leer la novela y ninguno me ha comentado que se haya desorientado, aunque alguno ha observado que ha tenido que ir muy despacio en la lectura pues había algo en ella que se “le escapaba”. Eso pretendí siempre: sorpresa. Por eso me costó tanto escribirla del modo en el que lo hice.

El silbido de la serpiente

JP.- Es difícil, después de leer tu novela, encuadrarla en un género determinado. ¿Cómo la definirías, dónde la catalogarías?

AdP.- No me preocupa catalogarla. Lo maravilloso de una novela, en mi opinión, es que el lector la catalogue y no el escritor. Si bien, algún lector puede  abrir un libro deseando saber que va  a leer ciencia ficción, por ejemplo, no creo que, por regla general, todos los lectores abran una novela con esa idea tan estática en la cabeza. Yo como lectora y no como escritora, a veces elijo sin más un libro por un título, una sinopsis en la contraportada, una intuición, o por una recomendación de otro lector, sin plantearme si voy a leer una novela romántica, de terror o negra. No acabo su lectura planteándome si era de un género u otro, sino si me ha gustado o no, si me ha hecho sentir o me ha dejado indiferente, si  recomendaría o no su lectura. Por eso nunca al escribir EL SILBIDO me planteé qué género quería tocar. Ni por un instante. Simplemente salió la primera frase y su trama, su mundo y sus personajes me llamaron. Yo solo tecleé en mi portátil, como hago siempre. Soy una “escritora tocadora de géneros mil”, que invita al lector a sentir, nada más.

JP.- Permíteme que insista un poco. Yo creo que los lectores sí sienten preferencias por unos géneros u otros, en general. Y también los escritores. ¿Estás segura que no te planteas el género al comenzar? ¿No tienes ningún género que te llame más la atención que otros, que te estimule para escribir en ese registro? ¿O prefieres que te perciban más como una escritora todo terreno?

AdP.- Escritora todo terreno suena bien. No me gustaría encasillarme en género alguno, aunque sí tengo mis preferencias. No me veo escribiendo terror (género que considero sumamente difícil y que por otro lado me apasiona), por ejemplo. Sin embargo creo manejarme bien en la construcción psicológica dentro de un género romántico (será porque soy mujer y un tanto soñadora). De hecho las novelas que estoy releyendo y corrigiendo en este momento, son romántico-psicológicas. Me gusta deleitarme en el mundo “interior” de mis personajes. Creo que el lector lo percibe en cada página como lo ha percibido en EL SILBIDO DE LA SERPIENTE.

JP.- ¿Cómo llegaste a imaginar esos seres tan atormentados? Porque supongo que todo procede de la imaginación…

AdP.- Buena pregunta… Recuerdo en la presentación en Madrid que esa fue la primera pregunta que uno de los asistentes me formuló cuando terminé mi discurso. Iba preparada para ella, por supuesto. Y después del pánico escénico del primer minuto, pues te confieso que jamás había hablado de mí ante el público, incluso bromeé: “Nada tiene de mí esta novela, pero reconozco que para el personaje principal me he basado en una persona que está entre vosotros, sentado ahí, al fondo… hola, pensé que no vendrías…”

Y ahora volviendo a la pregunta, hay de mí ciertas opiniones y pensamientos de todos los personajes de la novela en un ejercicio de sinceridad y a esa necesidad de abrirme al mundo que vuelco en cada una de mis novelas. Pero sólo en eso, claro; en la parte cruel, oscura y atormentada,¡ no hay nada de la autora, gracias al cielo! Soy una persona muy normal y mis personajes, como bien sabes, no lo son en absoluto.

JP.- Aída, ¿has logrado ya desprenderte de tus personajes, o todavía te persiguen, de un modo u otro?

AdP.- Los personajes de mis novelas viven un poco en mí pues, como te he dicho anteriormente, pongo mucho de mí en ellos, ya sea de mi corazón, de mis pensamientos, de observar el mundo a mi alrededor, de mi capacidad de empatizar o de mil cosas. No es cuestión de desprenderme de ellos, pues no podría, ya que en parte cada uno lleva algo de mí.

En el caso de EL SILBIDO DE LA SERPIENTE, la prologuista de mi novela y gran amiga, decía en este breve y emotivo prólogo que los personajes que construí los vivió como “hijos”. Cuando pones la palabra FIN a una novela, los dejas que vuelen, pero como madre, siempre están en ti.

JP.- ¿Cuál es tu método de trabajo para construir una novela, si tienes uno?

AdP.- No tengo una metodología concreta. No hago más guión que la descripción de cada personaje, tanto de su aspecto físico (que por otra parte no considero importante pues dejo al lector que se haga su imagen de cada uno de ellos) como del personal (ese sí lo construyo a mi libre albedrío). Mi método es «la inspiración». Surge una idea en mi cabeza y comienzo a escribir y la misma historia me lleva a construir los personajes, escenas y trama, según surgen y como si fueran adquiriendo vida propia y yo fuera solamente una mera pluma para darles pies y sentimientos.  Así he escrito siempre. De hecho, ni siquiera tengo pensado un desenlace sino que, conforme se va desarrollando la trama, éste nace en el momento exacto. Sé cuándo llega el final, no me digas si es intuición, pero lo percibo.

JP.- ¿Cuáles son tus planes para el futuro? ¿Tienes alguna otra novela en desarrollo en estos momentos?

AdP.-En desarrollo tengo la corrección de mis demás novelas. Quiero “redondearlas”. No sé si eso será bueno o malo, corregir una novela una vez escrita, añadiendo o quitando escenas, pero eso pretendo. Estoy aprendiendo mucho a nivel de creación literaria, y creo que mis anteriores novelas deben ser releídas. Deseo en el futuro publicar dos de ellas a las que tengo un especial cariño, pero quiero estar convencida de que he dado lo mejor de mi hasta decirles… adiós y que, como EL SILBIDO DE LA SERPIENTE, echen a volar solas y hagan soñar a los lectores.

JP.- Aída, ¿te gustaría vivir de la literatura? Parece difícil, pero… como suele decirse, la esperanza es lo último que se pierde.

AdP.- Hace unos días mi amiga Begoña que ha leído todas mis novelas y a la que yo llamo “mi correctora oficial”, me decía lo mismo: AIDI, ojalá puedas hacer de esta tu única profesión. Pero el trabajo que hago me gusta, pues me hace salir cada mañana, charlar con mis compañeros, reír, tomar un café o comer con amigos. Y soy secretaria,  no una ejecutiva agresiva, pero tengo la gran suerte de contar con un grupo de trabajo que no está formado ya por compañeros sino por amigos. En ese sentido estoy plena pues necesito salir a la calle todos los días para trabajar ya que sé que la casa se me caería encima si hiciera de ella mi lugar de trabajo.

Si EL SILBIDO DE LA SERPIENTE se convirtiera en un BESTSELLER sería un sueño, pero no me gustaría dejar de trabajar y todo lo que ello implica, pues no me veo en un despacho en mi domicilio pegada al portátil y en pijama todo el día. Prefiero ver cómo se ponen las calles y vivir como hasta ahora, aunque si mis novelas me dieran fama y fortuna, como suele decirse, no me vendría mal para hacer algún viaje, poder planear más comidas, cenas y salidas con la gente que quiero, disfrutar de un tiempo libre de calidad y darme algún que otro capricho. Es más, con una cervecita con limón me conformo para ser feliz.

Pero lo que quiero en realidad es que me lean, que sientan, que el público demandara otra novela mía. Eso sería síntoma de que mi verdadero sueño —crear ilusión—, se ha cumplido. Y poder seguir viajando en metro o bus sin que te reconozcan por la calle; algo que debe ser muy estresante. Se sacan muchas historias maravillosas sólo con mirar a la gente, y qué mejores lugares que esos o cualquier cafetería en un día de lluvia, por ejemplo.

JP.- Estamos terminando, Aída. ¿Desearías añadir algo que creas importante y que no hayas expresado anteriormente?

AdP.- Agradecerte esta entrevista, el impresionante blog que tienes y toda la ayuda que prestas a los escritores con tus consejos y a mí en particular.

JP.- Gracias a ti por prestarte a la entrevista y espero verte por el blog de nuevo… quizás con una nueva novela bajo el brazo, tan interesante como “El silbido de la serpiente”.

 Foto recortada de Adara Sánchez, en Flickr


 

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Blog de la autora: Tormentas de tinta


 

Enlace a su venta en Amazon: El silbido de la serpiente

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