Los diálogos literarios son las armas que los escritores usan para que sus personajes entablen comunicación. En este artículo voy a poner unos cuantos ejemplos de diálogos para comentarlos y ver cómo se pueden mejorar o desarrollar de un modo más adecuado teniendo en cuenta los propósitos del narrador.
El otro día veíamos cómo se establecían formalmente, en el artículo sobre «tipos de diálogos». Hoy entraremos en su esencia, en su empleo activo por parte de los escritores. Los ejemplos de diálogos serán seleccionados de textos clásicos, o modernos a los que ya se les concede ese honor, o inventados por mí mismo.
Ejemplos de diálogos basados en textos
Este es un diálogo inventado, aunque basado en una célebre obra.
Ejemplos de diálogos número 1.
«Una señorita un tanto vieja llama al cerillero.
—¡Villena!
—¡Voy, señorita Luisa!
—Un purito.
La mujer rebusca en su bolso, y pone treinta céntimos sobre la mesa.
—Gracias.
—A usted.
Enciende el cigarro y echa una larga bocanada de humo. Al poco rato, la señorita llama de nuevo.
—¡Villena!
—¡Ya va, señorita Luisa!
—¿Le has dado el mensaje a ése?
—Sí, señorita.
—¿Qué te dijo?
—Nada, no estaba en casa. Me dijo la criada que se lo daría sin falta a la hora de la cena.»
Claro que el escritor podría haberlo elaborado de otra forma, como veremos a continuación.
Ejemplos de diálogos número 2.
«Una señorita un tanto vieja, apoyada sobre la barra del bar y con una expresión inane, llama al cerillero.
—¡Villena! —gritó.
—¡Voy, señorita Luisa! —contestó el cerillero.
—Un purito —pidió, volviéndose a apoyar firmemente en la barra y dejando caer los párpados.
La mujer rebusca en su bolso, lleno de tiernas estampas, de cartas antiguas, de llaves y pelusa… y pone treinta y cinco céntimos sobre la mesa, mirándolos como se miran a los hijos que se van a la escuela.
—Gracias, Villena —contestó la vieja con desgana y mayor inexpresividad que antes.
—A usted —repuso el cerillero mirando el tocado de la vieja, «ridículo en sí mismo», pensó para sus adentros.
Luisa enciende el cigarro y echa una larga y vaporosa bocanada de humo, que se eleva en volutas hacia el techo del bar, con la mirada perdida y dando pequeñas vueltas sin propósito a un rizo de su cabello enmarañado. Al poco rato, la señorita vuelve a llamar, esta vez con una vocecita casi inaudible, haciendo una especie de gallo.
—¡Villena! —y el rumor se expandió por el garito.
—¡Voy, señorita Luisa! —se apresuró el cerillero.
—¿Le has dado la carta a ése? —le preguntó con indubitable interés.
—Sí, señorita —masculló el cerillero, ya harto de la vieja.
—¿Qué te dijo? —insistió ella.
—Nada, no estaba en casa. Me dijo la criada que descuidase, que se la daría sin falta a la hora de la cena —repuso el cerillero, cansado de sus demandas.»
¿Cuál es la diferencia? El autor puede avivar el relato, o demorarlo con incisos irrelevantes para la historia. Estos dos ejemplos de diálogos marcan la diferencia entre los maestros y los aficionados. Estos últimos describen sin cesar detalles que no tienen nada que ver con la narración, en el 99% de los casos.
En este caso, el célebre autor, pensó, con buen criterio, que, dado que tenía muchos personajes en acción, era imposible construir unos diálogos con constantes incisos y reiteraciones, que sólo iban a lastrar la narración. Pero da lo mismo si los personajes son dos o cincuenta.
Los diálogos siempre deben estar al servicio de la historia, y no al revés.
Revisemos otro caso. Ejemplos de diálogos número 3.
Gritos, corridas, la multitud se agolpa a su alrededor, avisan a la policía. La mujer sigue
en el suelo con el cuchillo en la mano; poco a poco, recobra el conocimiento.
¿Qué le ha sucedido?
—Nada.
¿Qué hace con el cuchillo?
—Nada.
¿De dónde procede la sangre de sus refajos?
—De los pescados.
Se levanta, tira el cuchillo y se aleja para lavarse.
Patrik Suskind: El perfume
¿Cabe mayor economía expresiva? Yo creo que no, no sobra ni falta nada, y los incisos están reducidos al mínimo. Entonces, según estos ejemplos de diálogos, ¿no podemos emplear coletillas, aclaraciones, descripciones, en nuestros diálogos? Por supuesto que sí, pero deben tener una «función dentro de la historia», de lo contrario es mejor eliminar toda esa paja sin sentido narrativo… sencillamente porque cortan el ritmo, lo aminoran, cuando el diálogo, por sí mismo, es básicamente acción. Alguien habla con alguien. ¿Para qué se mete el autor en la conversación¿ Solo va a estorbar a los personajes, que no quieren ser estorbados.
Otro aspecto es cómo deben ser los diálogos.
Más ejemplos de diálogos. Número 4, esta vez de mi propia invención:
—Hola, Laura.
—Hola, Luis.
—¿Dónde quieres ir, Laura?
—Al Scorpio, si te parece bien.
—Me parece muy bien, vamos.
Y luego sigue el narrador situando a los protagonistas en el Scorpio, por supuesto. Y comienzan una conversación parecida, pero esta vez sobre cualquier otra nadería. No, no es broma. Muchos autores —incluso profesionales— continúan construyendo este tipo de diálogos, que no conducen a nada, que no dicen nada, que no aportan nada. Imaginemos que los protagonistas de nuestra historia ya se conocen y quieren tratar un tema delicado, casi dramático. ¿No sería mejor que el autor comenzase ya con el diálogo y se ahorrase los prolegómenos? ¿Y además que el diálogo fuese a la raíz del asunto, sin medias tintas? A veces es mejor sacrificar el realismo en aras de la intensidad dramática.
Podríamos seguir poniendo ejemplos de diálogos, y no terminaríamos nunca.
Lista de consejos básicos para emplear bien los diálogos
- Que sean incisivos, interesantes, no conversaciones banales.
- Que sean pertinentes respecto a la narración.
- Que no rompan el ritmo del relato (en diálogos demasiado largos y con exceso de descripción).
- Que el autor no interrumpa con incisos constantes, sin mucho sentido.
- Que cada personaje hable como debe, por ser ese personaje como es, mujer, viejo, joven, listo, torpe, con carácter, pusilánime, etc.
- Que la conversación sea creíble (es conveniente leer en voz alta los diálogos, a ver cómo suenan).
- Que aporten una acción que haga progresar la historia, en un sentido u otro.
- Que sirvan para clarificar las relaciones entre los personajes.
En fin, podríamos seguir señalando circunstancias, pero hasta aquí hemos llegado por hoy con estos ejemplos de diálogos. Espero haber aportado alguna claridad a una temática siempre muy difícil en narrativa, como todo lo que se refiere a «personajes». Otro día, en vez de «ejemplos de diálogos», pondremos «ejemplos de descripciones».
Foto de Antonio Vázquez en Flickr
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Me parece excelente y muy didàctico, sus consejos, pero quisiera hacerle una pregunta que para mi es muy provechosa, yo soy Fìsico experimental e investigador autodidacta, entonces mi problema es que me cuesta mucho escribir, porque lo que estoy haciendo es divulgacòn cientìfica, sobre temas como, la Fìsica Newtoniana, las teorias de Einstein, los increibles descubrimiento en la Fìsica Cuàntica.
Como deberìa enfocar la escritura, porque no hay personajes, sino divulgaciòn de temas Tècnicos y Cientificos.
Muchas gracias, espero que me pueda dar un consejo al respecto.
Hola, Pablo.
Esta es una web de literatura sobre todo, pero si pones en Google, o cualquier otro buscador, «redacción técnica», te aparecerán páginas que tienen artículos e incluso PDF´s que puedes descargar a tu ordenador y estudiarlos. La redacción técnica no es muy distinta a la redacción en general: ordenación de ideas, introducción, aspectos a desarrollar, frases bien articuladas, párrafos, estructura en capítulos, etc. Lo único que podría ser distinto serían las referencias a otros autores, a otros trabajos, las notas a pie de página, etc. Y por supuesto, la utilización de un léxico técnico.
Si se trata de artículos es más sencillo todavía: de qué se quiere hablar, hacer una pequeña introducción al tema, desarrollar la idea principal, y unas conclusiones. Y por supuesto, dominar la sintaxis, el léxico, etc. Yo tengo una categoría de REDACCIÓN, pero no he escrito pocos artículos al respecto. Espero escribir uno para mañana, como orientación general.
Espero haberte ayudado. Un saludo
Hola Pablo: aunque tarde, creo que podría servir: No coincido con José, para mí la escritura técnica es literatura. Me parece que malentiende un poco tu pregunta, ya que recomienda las recetas para escritura técnica, pero la divulgación es otra cosa: es ciencia y literatura, y viceversa, es literatura sobre ciencia. Para mí la clave está en justamente en narrar el tema científico de la manera más literaria posible. (Esto viene después de reglas básicas, por supuesto, como el nivel en que lo voy a contar, o sea, qué lector elijo (niño, adolescente, etc.).) Todos los temas tienen sus misterios, sus historias azarosas, que pueden servir para articular el relato; la divulgación no sigue el modelo de la enseñanza sistemática ni de la escritura académica, sigue el modelo de aquel que nos contaba historias interesantes (abuelo, padre, tío, profesor) y no nos dábamos cuenta de que nos estaba enseñando. Hay que encontrar cómo haría eso uno mismo, o sea, hay que encontrarse a sí mismo. Mientras tanto, se puede leer los ejemplos clásicos. Einstein mismo, que nombrás (Newton no, sus temas son maravillosos pero él era un místico bruto, es mejor que los cuente otro), Euler (sus Cartas a una princesa alemana), Descartes (sus cartas a Cristina de Suecia, y a sus amigos y enemigos), y los clásicos entre clásicos: Galileo y Asimov. Uno los lee y le dan ganas de dedicarse a la divulgación científica.
Le oí el otro día en la radio, por eso he entrado en su blog y me parecen interesantes sus consejos.
Me gustaría una orientación: Si quiero escribir una novela con mucho costumbrismo, que escrito en primera persona sea como una autobiografía, sin que todo hayan sido vivencias propias o reales. ¿Como me acosnseja que lo haga? De vez en cuando los hechos pensaba explicarlos por medio de diálogos.
Agradecería su orientación. Un saludo.
Hola, María…
Puedes hacerlo en primera persona perfectamente, insertando los diálogos que consideres oportunos. La única condición es mantener la coherencia del discurso durante todo el texto.
Saludos
İnteresante dato para un mejor trabajo narrativo
Muchísimas gracias! Excelente artículo! Me fue de gran ayuda!
Gracias a ti.
Saludos
esta información me ayudó muchísimo, gracias.
Gracias a ti, Natalia.
Un saludo muy cordial.
La vida humana es emocional afectada por el mundo exterior. Insertar en la narrativa los elementos descriptivos de ambos, sin exceso y con precisiones, embellece y hace mas interesante el dialogo.
Hola, Pedro…
Gracias por participar.
Saludos
¡Excelente! Muchas gracias.
Una consulta. Puede escribirse un cuento sólo con diálogos literarios. O el escrito sería solamente el de diálogos literarios.
Hola, Lester…
Si solo tenemos diálogos estamos ante una obra de teatro. La narrativa, sea cuento o novela, requiere también prosa, no solo diálogos.
Saludos
Muchas gracias. Muy útil e interesante.
Hola, Baldur…
Muchas gracias
Saludos
Gracias por la información, me ha servido de mucho. Gracias de nuevo.
Hola, Ligia…
Gracias a ti.
Un saludo cordial
Buenos días, excelente orientación, felicitaciones.
¿Tengo una duda, sobre los diálogos? Mi pregunta es: puedo escribir un dialogo de la siguiente forma.
–Jose, que ricos están esos bocadillos que me distes.
–Ana, los hice con mucho cariño para ti.
GRACIAS.
Hola, Jose…
Poder, se puede hacer, pero es mejor con rayas (es lo correcto, lo normativo).
Saludos
Buenos días, excelente orientación.
Hago una pregunta. ¿Es correcto escribir un dialogo de esta forma?
—Pedro, que rico estaba el bocadillo que me distes.
—Ana, lo hice con mucho cariño para ti.
Muchas gracias.
Hola, José, de nuevo…
Sí, así está perfecto (aunque «qué rico» va con acento, lo mismo que en la anterior consulta).
Saludos
Excelente consejos y muy útiles. Realmente escribir o crear historias no es fácil, requiere de mucho conocimiento y técnicas de escritura para poder desarrollar de manera correcta los diálogos
Hola, Daniela…
Muchas gracias por tu comentario y por pasar por esta página.
Un saludo muy cordial