Caracterización de personajes: errores frecuentes

A veces los escritores tienen que enfrentar la tarea de la caracterización de personajes y no saben por dónde comenzar. No es para menos, ya que el lector se fijará bastante en ese detalle. No obstante, cuando leemos novelas, vemos con frecuencia errores típicos que hasta los profesionales cometen si se toman el asunto con desgana. ¡Hasta qué punto no lo hará un escritor novel!

Vamos a partir de pequeños ejemplos de caracterización de personajes e iremos introduciendo los conceptos pertinentes. Veamos el primero:

Juan tenía una estatura baja y lucía ojos de color verde, con un pelo enmarañado.

Bueno, esto parece aceptable… ¡en una comisaría de policía!. Pero, por favor, no lo hagáis en una novela, es completamente irrelevante. El lector tendrá la sensación de que le estáis describiendo un muñeco. Para hacer una caracterización de personajes seria tenéis que buscar los rasgos (sean físicos o mentales) más característicos e importantes (para la historia que se va a contar).

Y no es una cuestión moderna, ya en el siglo XIX, Guy de Maupassant, por ejemplo, hacía descripciones pertinentes de los personajes de sus cuentos. Incluso en una novela policíaca no hay que hacer descripciones como la expuesta en el ejemplo (salvo que lo esté diciendo un policía, claro).

caracterizacion de personajes

Otro ejemplo:

Lucía era una bonita muchacha de pelo lacio y unos hermosos ojos azules.

Incluso en novelas de género (romántico, por ejemplo), esta descripción es un desastre. ¿Cuántas bonitas muchachas de pelo lacio y de ojos azules existen? Y ya no me refiero al mundo de la realidad, sino incluso en el mundo de la ficción. ¿Cuántas descripciones parecidas vemos en centenares de novelas parecidas? La escritura tiene una norma de oro, desde siempre. Tienes que ser «original». Puedes plagiar un texto de, pongamos Borges, o imitar su estilo… pero ya no será original. Estarás muerto para la industria editorial y para los lectores. Mutatis mutandi, es lo que pasa en el mundo de la pintura, por mucho que el imitador lo haga perfecto.

Por tanto, para cualquier caracterización de personajes, procura ser original siempre. Lo que debes hacer, claro está, en todo el proceso de escritura. Imita a los mejores, no a los que hacen cosas parecidas. En el mundillo literario esto último se denomina con el poco amigable epíteto de «mediocridad».

Más ejemplos de caracterización de personajes

Vamos a seguir ahondando en la materia del artículo. Otro ejemplo de errores corrientes:

Joe se miró al espejo y la verdad es que se parecía a Robert de Niro en El padrino II. Comprobó en ese instante por qué atraía tanto a las mujeres.

Si el personaje cree eso no es porque se lo diga un espejo. Eso no deja de ser un truco muy manido en todo tipo de novelas. Si lo piensa es porque íntimamente así lo cree. Por otro lado, ¿en quién va a pensar el lector con una comparación como la hecha en el fragmento (inventado)? Naturalmente, pensará en Robert de Niro, en esa película, en esa imagen… y no en tu personaje.

A lo mejor algunos pensáis que son cuestiones de detalle, pero lo que hace a una novela grande son precisamente los detalles. Si cuidas todos los detalles, incluida la caracterización de personajes, es muy posible que tu novela no se parezca a ninguna otra. Y eso un lector medianamente avezado lo nota enseguida. No olvidemos que la lectura también es un placer. Si privamos al lector de ese placer, le estamos privando de la comida que alimenta su ilusión.

Veamos un último ejemplo:

Ella vestía una chaquetita corta color turquesa que combinaba bien con el tocado y el bolso, del mismo color aunque con variaciones hacia el azul maya. La blusa era de fina seda y color azul cielo. Su falda plisada era de un valiente azul marino y su fular, de un intenso rojo carmesí, contrastaba con todo el conjunto.

Bien, el fragmento de más arriba está improvisado, pero no importa lo que podáis añadir. Ese tipo de descripciones se parece a un pase de modelos a través de la tele. No lo hagáis nunca. Buscad siempre un rasgo característico del personaje, que lo defina completamente. Y, por supuesto, que sea diferente respecto a otros personajes. La caracterización de personajes siempre debe hacerse en este sentido por lo que hace a su apariencia física.

Conclusiones sobre la caracterización de personajes

Sin embargo, es todavía más positivo prescindir completamente de las descripciones de la apariencia de los personajes. Se trata de definir algún rasgo de ese estilo a través de la pura acción. Por ejemplo, un truco corriente consiste en que, pongamos por caso, el tacón de aguja del zapato de la mujer se incrusta en un enrejado, o que el fular se enreda con el cable del teléfono y hace tropezar al personaje, etc…

Se trata, pues, de integrar la acción con los rasgos físicos para dar dinamismo y ritmo a la narración. Lo mismo sucede con los rasgos mentales. En vez de estar describiendo minuciosamente el carácter de un personaje (lo que puede parecerle al lector un informe psiquiátrico o psicológico), haz que tu personaje haga cosas, realice acciones que hagan pensar al lector (o intuya) la personalidad que se esconde tras las acciones. La clave de la narrativa está en narrar, en contar la historia. Y no consiste en informes detallados de la apariencia o el carácter de los personajes. Tenlo siempre en cuenta. Esta es al menos la tendencia de la narrativa más moderna.


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2 Comments

  1. Feliza Gamarra 19 septiembre, 2016 Reply

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