Pautas para escribir claro

En un artículo anterior di unos consejos para escribir bien; sin embargo, no es exactamente lo mismo escribir bien que escribir claro; hoy nos vamos a centrar en este último aspecto. Actualmente, mucha gente escribe en diversos medios, ya sean redes sociales, teléfonos inteligentes, foros de diversa índole, pequeñas revistas, sitios web, etc. ¿Cómo escribir claro para que nos entiendan?

Para escribir bien, en plan literario, es obvio que necesitaremos mucha práctica y un plan concreto para alcanzar determinadas metas; pero si a lo único que aspiramos es a escribir un correo electrónico, un artículo, una reseña… en suma, a comunicar algo que se entienda de la mejor manera por parte del lector, será suficiente hacerlo con algunas reglas básicas, que serán las que expondré a continuación (no todas, pero sí algunas importantes).

escribir claro

Aunque lo parezca, la claridad no hay que darla por sentado. Incluso afamados escritores, cuando tienen que pergeñar un artículo de opinión en un diario, introducen a veces un lenguaje oscuro, abstruso, casi ininteligible para el común de los mortales (entendiendo por esto a un lector normal). He aquí algunas normas básicas para escribir claro que pueden ayudar a la mayoría.

Pautas para escribir claro

1- Ser conscientes del público al que nos dirigimos.

Si nuestra audiencia va a ser generalista, es decir, si nos vamos a dirigir a un público amplio, entonces nuestro modo de expresarnos, nuestro estilo, nuestras frases, nuestro vocabulario… necesariamente tendrá que estar a esa altura, ni más ni menos. No ganaremos nada queriendo elevar el nivel si no tenemos una sólida base sobre el que apoyarlo. Por tanto, simplicidad y claridad.

2- Frases cortas, voz activa, propósito afirmativo.

Fijémonos en el siguiente par de frases, a modo de ejemplos:

  • —No es que haya sido demasiado sucio, a tenor de cómo fue hecho, en unas circunstancias no develadas ni acostumbradas.
  • —Fue limpio, hecho en circunstancias claras y transparentes.

Si queremos que nos entiendan bien, procuremos escribir claro, como en el segundo ejemplo y nunca como en el primero.

3- Llenar de sentido el escrito… y no de frases adornadas y sin sentido.

Aunque parezca lo contrario, para llenar de sentido un texto tienes que prescindir de todo lo que sea accesorio, de toda la carga farragosa que a veces tiene el discurso escrito… y esto es mucho más difícil de lo que se cree. Para decirlo de otra manera: completar una hoja en blanco es muy fácil, pero que esa hoja esté llena de sentido, de contenido, de significación, ya no es tan fácil, porque tendemos a escribir como si cada palabra fuese trascendente, decisiva… y, en consecuencia, recargamos el texto innecesariamente.

4- Volver a aprender a escribir.

Este punto no es una simpleza, como parece. En la escuela nos enseñan a no hacer faltas de ortografía, a respetar la sintaxis, etc. Sin embargo, no hay maestros para ser claros, coherentes, con sentido. Y esto tiene mucho que ver con una enseñanza anquilosada en el puro ejercicio memorístico. Para escribir claro necesitamos pensar claramente, ordenar los pensamientos, para después saber cómo explicarlos y que el lector nos entienda perfectamente.

5- Volver a aprender a leer.

Para todo aquel que ha sufrido una facultad de lo que sea, es fácil que se acuerde de los textos que hacían las delicias de los alumnos: especialmente farragosos y abstrusos. Bueno, a fin de cuentas, eso es propio de las academias. Hay que llenar papel, y cuanto más difícil sea de leer y comprender, más parece que esté lleno de conocimiento y profundidad. No siempre es así, y hay que saber leer para distinguir lo nuclear de lo accesorio o inútil (lo que suele representar un alto porcentaje de lo escrito). Es, por tanto, necesario reaprender a leer para reaprender a escribir. Si sabemos leer para captar lo esencial, sabremos escribir para expresar lo esencial.

6- Trata de escribir como hablas.

Una buena pauta para escribir claro es revertir la tendencia, tratar de ser espontáneo, como cuando hablamos, intentar que el lector sienta que cada frase escrita va al corazón del asunto, que no perciba que estamos dando vueltas sobre lo mismo sin avanzar un solo paso.

7- Concisión por encima de todo.

Ya llegará el tiempo de encontrar un estilo y una forma personal de expresarse, lo que requiere tiempo y esfuerzo constante. Pero antes de llegar a eso, es necesario comenzar por los cimientos, es decir, porque te entienda cualquier persona sin necesidad de devanarse los sesos. Y para que así ocurra nada mejor que la expresión concisa, justa, sin elementos de más (pero tampoco de menos). Si hay que comunicar que hay una reunión a una hora determinada, siempre será mejor decir «reunión a las ocho» que no «ha sido convocada una reunión a las ocho de la tarde» (siempre que no haya ambigüedad, claro está).

8- Escribe lo que eres, no lo que quieres ser.

Tal vez sea muy estimulante pensar que somos Shakespeare renacido o un Homero moderno, pero lo cierto es que no podemos ir más allá de nuestro propio ser, salvo que queramos que los demás nos vean como una copia impostada de otro, como algo artificial y sin fondo propio. Para ello, lo mejor es expresarse de la forma más natural y acorde con la personalidad, conocimientos y experiencia de cada uno. Si quieres escribir claro, huye de todo artificio, de toda complicación, de todo lo que suene a distante y confuso. Procura ser tú y nada más que tú.

9- Convierte todos los adjetivos en verbos.

El adjetivo es el rey de la descripción, en tanto que el verbo lo es de la acción. Una descripción corresponde a una fotografía fija, a algo inmóvil y carente de vida. Naturalmente, tiene sus funciones, importantes a veces, incluso artísticas, pero si lo que queremos es escribir… lo que hacemos es convertir los pensamientos en acciones, le damos vida a lo inmóvil, convertimos lo que está quieto en algo dinámico. Si miráis un texto muy descriptivo podéis hacer un ejercicio muy útil: convertir cada adjetivo encontrado en un verbo y en una acción.

10- Huye de todo ruido en el texto.

Por ruido hay que entender todo lo que sea accesorio, florido, innecesario, oscuro, irrelevante, excesivo, etc. La norma más útil para escribir claro consiste en pensar claramente. Si piensas claramente será mucho más fácil expresarlo directamente. Escribir claro, en el fondo, consiste en eliminar todo ruido del texto, hacer que este sea directo, diáfano, que se dirija sin dilación al asunto a tratar, sin rodeos innecesarios ni adornos efímeros.

Foto de Javier Díaz Barrera, en Flickr.

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4 Comments

  1. 7 días, un libro 31 enero, 2016 Reply
  2. Nachobermudez 28 marzo, 2016 Reply

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